Qué es Pollen: Para qué se usa, como tomarlo y precauciones


El polen es un medicamento utilizado para tratar diversas afecciones alérgicas. Se presenta en forma de tabletas y contiene una mezcla de polen de diferentes plantas. Estas tabletas se toman por vía oral y ayudan a reducir los síntomas de la alergia, como la congestión nasal, los estornudos y la picazón en los ojos.

Para qué se usa el polen

El polen se usa principalmente para tratar las alergias estacionales, también conocidas como fiebre del heno. Estas alergias son causadas por la exposición al polen de plantas como árboles, hierbas y flores. Cuando una persona alérgica inhala el polen, su sistema inmunológico reacciona de manera exagerada, lo que provoca los síntomas característicos de la alergia.

El polen actúa como un antihistamínico natural, bloqueando la acción de la histamina, una sustancia química liberada por el sistema inmunológico durante una reacción alérgica. Al reducir la cantidad de histamina en el cuerpo, el polen ayuda a aliviar los síntomas de la alergia y a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Cómo tomar el polen

El polen se toma por vía oral, generalmente una vez al día. Es importante seguir las instrucciones del médico o las indicaciones del prospecto para determinar la dosis adecuada. La dosis puede variar según la gravedad de los síntomas y la respuesta individual al medicamento.

Las tabletas de polen se pueden tomar con o sin alimentos, pero es recomendable tomarlas con un vaso de agua para facilitar su ingestión. Se deben tragar enteras y no se deben masticar ni triturar. Si se olvida una dosis, se debe tomar tan pronto como se recuerde, pero si ya es casi la hora de la siguiente dosis, se debe omitir la dosis olvidada y continuar con el horario regular de dosificación.

Precauciones al tomar el polen

Antes de comenzar a tomar el polen, es importante informar al médico sobre cualquier otra medicación que se esté tomando, incluyendo medicamentos de venta libre, suplementos dietéticos y productos herbales. Algunos medicamentos pueden interactuar con el polen y afectar su eficacia o aumentar el riesgo de efectos secundarios.

El polen puede causar somnolencia en algunas personas, por lo que se recomienda evitar conducir o realizar actividades que requieran atención y concentración hasta que se sepa cómo afecta el medicamento a cada individuo. Además, se debe evitar el consumo de alcohol mientras se esté tomando el polen, ya que puede aumentar la somnolencia y potenciar los efectos secundarios.

Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios al tomar el polen, como dolor de cabeza, mareos, sequedad de boca o malestar estomacal. Si estos efectos son persistentes o empeoran, se debe consultar al médico. También es importante buscar atención médica si se presentan síntomas de una reacción alérgica grave, como dificultad para respirar, hinchazón de la cara o la garganta, o sarpullido.

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