Qué es Cipro: Para qué se usa, como tomarlo y precauciones


Cipro es un medicamento perteneciente al grupo de los antibióticos fluoroquinolonas. Su principio activo es el ciprofloxacino, el cual actúa inhibiendo la enzima ADN girasa, esencial para la replicación y reparación del ADN bacteriano. Esto provoca la muerte de las bacterias y ayuda a combatir las infecciones.

Para qué se usa Cipro

Cipro se utiliza para tratar una amplia variedad de infecciones bacterianas, tanto en adultos como en niños. Algunas de las infecciones más comunes que se pueden tratar con Cipro incluyen:

  • Infecciones del tracto urinario: como la cistitis y la pielonefritis.
  • Infecciones respiratorias: como la bronquitis y la neumonía.
  • Infecciones de la piel y tejidos blandos: como la celulitis y las heridas infectadas.
  • Infecciones gastrointestinales: como la diarrea del viajero causada por la bacteria E. coli.
  • Infecciones de los huesos y articulaciones: como la osteomielitis y la artritis séptica.

Es importante tener en cuenta que Cipro solo es efectivo contra infecciones bacterianas y no tiene ningún efecto sobre infecciones virales, como el resfriado común o la gripe.

Cómo tomar Cipro

La dosis y duración del tratamiento con Cipro dependerá del tipo de infección y de la gravedad de la misma. Es fundamental seguir las indicaciones del médico y no interrumpir el tratamiento antes de tiempo, incluso si los síntomas desaparecen.

Cipro se puede tomar con o sin alimentos, pero es recomendable tomarlo con un vaso lleno de agua para asegurar una correcta absorción. Además, es importante evitar tomarlo junto con productos lácteos, ya que estos pueden disminuir la absorción del medicamento.

En el caso de olvidar una dosis, se debe tomar tan pronto como se recuerde. Sin embargo, si ya casi es hora de la siguiente dosis, se debe omitir la dosis olvidada y continuar con el horario regular. No se debe tomar una dosis doble para compensar la dosis olvidada.

Precauciones al tomar Cipro

Antes de comenzar el tratamiento con Cipro, es importante informar al médico si se tiene alguna alergia a los antibióticos fluoroquinolonas o a alguno de los componentes del medicamento. Además, se deben mencionar cualquier otro medicamento que se esté tomando, ya que algunos pueden interactuar con Cipro y causar efectos secundarios.

Es fundamental seguir las indicaciones del médico en cuanto a la dosis y duración del tratamiento. No se debe aumentar ni disminuir la dosis sin consultar previamente con el médico.

Algunos efectos secundarios comunes de Cipro incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y mareos. Si estos efectos persisten o empeoran, se debe consultar al médico.

En casos raros, Cipro puede causar efectos secundarios más graves, como tendinitis o ruptura de tendones, problemas en los nervios, cambios en el ritmo cardíaco o reacciones alérgicas graves. Si se experimenta alguno de estos síntomas, se debe buscar atención médica de inmediato.

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