La hipertensión es una enfermedad crónica que se caracteriza por la elevación persistente de la presión arterial en las arterias. Esta condición puede ser causada por diversos factores, como el estilo de vida poco saludable, la genética, el estrés y ciertas enfermedades subyacentes. La hipertensión es conocida como «el asesino silencioso» debido a que no suele presentar síntomas evidentes en sus etapas iniciales, lo que la convierte en una enfermedad peligrosa si no se detecta y trata a tiempo.
Síntomas de la enfermedad
Aunque la hipertensión no suele manifestarse con síntomas claros, existen algunas señales que pueden indicar la presencia de esta enfermedad. Entre los posibles síntomas de la hipertensión se encuentran:
- Dolor de cabeza recurrente
- Mareos
- Visión borrosa
- Palpitaciones
- Dificultad para respirar
- Sangrado nasal
- Dolor en el pecho
Es importante destacar que estos síntomas pueden variar en cada individuo y no son exclusivos de la hipertensión, por lo que es fundamental acudir a un médico para obtener un diagnóstico preciso.
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico de la hipertensión se realiza a través de la medición de la presión arterial. Esta medición se realiza con un tensiómetro, que mide la presión en milímetros de mercurio (mmHg). Se considera que una persona padece hipertensión cuando su presión arterial sistólica (la cifra más alta) es igual o superior a 140 mmHg, y/o cuando la presión arterial diastólica (la cifra más baja) es igual o superior a 90 mmHg.
Además de la medición de la presión arterial, es posible que el médico solicite otros exámenes para evaluar el estado de salud general del paciente y descartar otras enfermedades relacionadas. Estos exámenes pueden incluir análisis de sangre, electrocardiograma y ecocardiograma.
Tratamiento de la enfermedad
El tratamiento de la hipertensión tiene como objetivo principal controlar la presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida y medicamentos.
En cuanto a los cambios en el estilo de vida, se recomienda:
- Llevar una alimentación saludable, rica en frutas, verduras, cereales integrales y baja en sal y grasas saturadas.
- Realizar actividad física de forma regular, como caminar, nadar o practicar algún deporte.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
- Controlar el estrés a través de técnicas de relajación, como la meditación o el yoga.
En cuanto a los medicamentos, existen diferentes tipos de fármacos que pueden ser recetados para el tratamiento de la hipertensión. Algunos de ellos son:
- Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA)
- Bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA)
- Diuréticos
- Betabloqueantes
- Antagonistas del calcio
Es importante destacar que el tratamiento de la hipertensión debe ser individualizado y supervisado por un médico, ya que cada paciente puede requerir diferentes combinaciones de medicamentos y dosis.