El ácido úrico es una sustancia química que se produce en el cuerpo como resultado de la descomposición de las purinas, que son compuestos que se encuentran en ciertos alimentos y en las células del cuerpo. Normalmente, el ácido úrico se disuelve en la sangre y se elimina a través de los riñones en forma de orina. Sin embargo, cuando hay un exceso de ácido úrico en el cuerpo, puede acumularse y formar cristales en las articulaciones, lo que puede dar lugar a una enfermedad conocida como gota.
Síntomas de la enfermedad
La gota se caracteriza por ataques repentinos y severos de dolor en las articulaciones, especialmente en el dedo gordo del pie. Estos ataques suelen ocurrir por la noche y pueden durar varios días. Además del dolor intenso, los síntomas de la gota pueden incluir hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en la articulación afectada. En algunos casos, la acumulación de ácido úrico puede formar tofos, que son bultos duros debajo de la piel que contienen cristales de ácido úrico.
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico de la gota se basa en los síntomas del paciente, así como en pruebas de laboratorio para medir los niveles de ácido úrico en la sangre y en el líquido sinovial de las articulaciones afectadas. También se pueden realizar pruebas de imagen, como radiografías o ecografías, para detectar signos de daño articular o tofos.
Tratamiento de la enfermedad
El tratamiento de la gota tiene como objetivo aliviar los síntomas de los ataques agudos y prevenir ataques futuros. Para aliviar el dolor y la inflamación durante un ataque de gota, se pueden utilizar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno. También se pueden prescribir medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre, como los inhibidores de la xantina oxidasa o los uricosúricos.
Además de los medicamentos, se recomienda hacer cambios en el estilo de vida para controlar la gota. Esto puede incluir la pérdida de peso si es necesario, limitar el consumo de alimentos ricos en purinas, como las carnes rojas y los mariscos, y aumentar la ingesta de líquidos para ayudar a eliminar el ácido úrico del cuerpo. También se pueden utilizar compresas frías o calientes en las articulaciones afectadas para aliviar el dolor y la inflamación.